La sanidad pública (desde el conocimiento que tengo de la realidad en Catalunya, y creo que por extensión española) es un gran servicio al ciudadano, tan grande que a menudo la población no es consciente de lo que representa como ventaja social. La costumbre desde su nacimiento, en los franquistas años 40 del siglo pasado, de darlo todo como un regalo del Estado a los ciudadanos, un regalo pagado con dinero de nadie, no ha favorecido que se comprenda que no tiene por qué entrar todo a todos. A mi entender sigue pendiente una revisión de la cartera de prestaciones imposible para los políticos (sin visión de estadista). La sanidad pública no debería favorecer la complacencia y priorizar lo más grave y urgente también a nivel económico. Con todo, los guardianes de ese gasto, responsables de rebajar las expectativas, son los facultativos y sanitarios a la que la crisis del modelo (también sanitario) ha bajado el sueldo entre un 10% y un 25% en 4 años. No sorprendo a nadie al afirmar como opinión propia que el modelo sanitario no me parece el ideal, y que si se piensa en innovar (que es la letanía que se repite pero no se ejecuta), lo primero debería ser pensar hacia qué evolucionar el modelo actual para que sea más sostenible. Uno de los caminos sería encaminarse a estilos como el holandés o el alemán, con mayor colaboración público-privada transparente, pero aquí topan los intereses de los que están dentro con los de los que ya no se fían ni de su sombra. Y la casa por barrer… Así que a todo el mundo le parece más fácil (por ser nuevo) intentar que el milagro de la Tecnología arregle lo que no van a arreglar los políticos.
En el campo de la Salud 2.0 se están haciendo grandes esfuerzos para poder llegar a lugares donde nadie ha estado antes. Los niveles de digitalización que tienen los recursos sanitarios públicos en la escala HIMSS son una buena muestra. También se ha hecho un gran esfuerzo al poner al alcance del ciudadano sus datos, en Catalunya en el Canal La Meva Salut. Aun así, no hay una integración con el casi 30% de servicios sanitarios que el ciudadano usa: la sanidad privada. Pero seguro que se conseguirá, de una forma u otra, y aunque parezca que le pese a muchos, que creen que la mejora de la pública pasa por la eliminación de la privada solo por el hecho de serlo. Como si los médicos y profesionales sanitarios no proviniesen de la misma madre (la sanidad pública) y a menudo aún la cohabiten.
Iniciativas como las que hace el Observatorio de Innovación en Gestión Sanitaria pretenden trabajar por la innovación. Es evidente que como dijo Lord Kelvin «El que no se define no se puede medir; lo que no se mide, no se puede mejorar: lo que no se mejora, se degrada siempre.» El Observatorio ayuda a definir y medir las mejoras potenciales por el sector, y lanza ideas a la espera que el sector las implemente (que es mucho esperar). Una de las experiencias más interesantes a nivel práctico premiadas por el OIGSC es la evaluación preoperatoria online del Hospital de Viladecans, una mejor práctica multipremiada internacionalmente desde 2012 que inexplicablemente todavía no se ha extendido al resto de centros de la red pública ni catalana ni que yo sepa, española, a pesar de la mejora para el paciente y los profesionales que representa.
Vinod Khosla, multimillonario tecnólogo, enunció hace 3 años que en 10 años el 80% del trabajo de los médicos la harían máquinas. Esta profecía la podemos extender a otras profesiones sanitarias. Es evidente que la mejor manera de cruzar un río es a favor de corriente, así que el mejor para sobrevivir al tsunami innovador que nos viene tiene que ser necesariamente formar parte del mismo. Hay que pensar qué se puede mejorar, y liderar este cambio desde nuestras posiciones en el sistema sanitario, Parecemos insignificantes, pero podemos tener un impacto brutal dentro de nuestra organización en un entorno de reducción de la inversión y paradójicamente mayor exigencia en resultados de salud. Ya lo decía el Capità Enciam, legendario personaje de la primera Tv3: Los pequeños cambios son poderosos!
Trasladémonos por un momento a la sanidad pública catalana de dentro de cinco años en el DeLorean de la imaginación: Desde aquí se ve al paciente con acceso a su información sanitaria, pública y privada, conectada mediante un estándar como el Blue Button americano (que la ACES está promoviendo desde hace tiempo y la IDIS menciona en su último informe), y con los sanitarios conectados, con acceso a información de estilo de vida del paciente. Existirá un nivel de sensorización y unos servicios de telemedicina que permitan que los pacientes crónicos no aparezcan cada fin de semana en ambulancias en las urgencias de los hospitales por problemas solucionables a distancia. La población estará mejor atendida, sin tener que desplazarse innecesariamente por cuestiones rutinarias como controles de heridas quirúrgicas o hacer fisioterapia desde su sala de estar. Incluso el triage virtual mediante algoritmos será algo habitual en los servicios de emergencia y reducirá la carga asistencial, potenciando el autocuidado y la independencia del paciente.
Desde dentro de ese DeLorean de 5 años vista, el médico de primaria, del mismo modo que hace domicilios, hará teleconsultas, porque por fin el sistema se las remunerará. Y los especialistas no tendrán que visitar en el hospital ciertos pacientes ni desplazarse a los ambulatorios, podrán hacer las visitas de manera virtual conjuntamente con el cabecera y decidir si el paciente tiene que ir o no al hospital para ser tratado, acortando los tiempos de asistencia (como por ejemplo ya están haciendo aseguradoras de salud y mutuas de accidentes a nivel nacional, como Sanitas o Mutua Universal). Pero lo que seguro que pasará es que seguirá haciendo de médico, velando por la salud biopsicosocial de las personas. O debería… Nos vemos dentro de 5 años para comentar este mensaje en la botella.
Y aquí la fuente de estas reflexiones a calzón quitado, con un discreto autofiltro: la entrevista para el Blog de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Catalunya. Nos hablamos antes de 2021, espero…