El titular puede parecer engañoso, y sí, lo es (como la vida misma): me lo he sacado de recuerdos de pegatinas de Herbalife que lucían algunos coches para atraer la atención de potenciales clientes sobre sus dueños. No se puede decir que a Herbalife le vaya mal usando estos “trucos” de marketing de guerrilla (de la que hablé en un pechakucha del lejano 1r Congreso de la Blogosfera Sanitaria española y que si encuentro por algún lado vincularé).
Pero como dicen los maestros del Sur, al turrón: Me gustaría poder decir que tengo las soluciones y entonar un canto a la calma en el entorno complejo que están afrontando las consultas médicas (y no médicas: odontólogos, podólogos, enfermeras, fisioterapeutas, psicólogos… casi todos tienen este reto): Está entrando dinero (y mucho) de fuera del sector sanitario “de toda la vida” invirtiendo en iniciativas asistenciales que están teniendo impacto en la prestación sanitaria privada. Podemos pensar en Quironsalud/IDC, en Vithas, etc, pero también en Dentix (perseguido por los odontólogos pero legal), Vital Dent, y otros que vendrán, por la fama de sector anticíclico en términos económicos que tiene el sector sanitario. También la concentración de los hospitales en grupos implica una mayor capacidad de negociación con las aseguradoras de salud, que se suma a la mayor capacidad de inversión de los grupos hospitalarios en herramientas de gestión y atracción de los pacientes. Asimismo, las propias aseguradoras están entrando directamente a intentar “recuperar fichas” frente a los grandes y atractivos agentes del mercado hospitalario montando redes propias de centros y hospitales. Sanitas monta o adquiere hospitales, Fiatc tiene el suyo, IMQ en Bilbao también; todas las aseguradoras van teniendo centros médicos propios, y muchas abren clínicas dentales en formato de cadenas. El último eslabón de esa cadena de hechos es el médico autónomo (RETA mediante) -quien dice médico dice profesional sanitario autónomo-, que además asiste alucinado a la guerra de precios a la baja de los seguros de salud (que ahora se venden más en los Cajabancos que directamente por canal mediadores o en internet, esa bestia negra que no lo es tanto), que le acaban influyendo al ser al que le bajan precios o le restringen la libertad de visita con su paciente (el caso de cierta aseguradora que anunció -y cumplió- el pasado año que no pagaría más de dos visitas al mes).
Pues bien, si trabajas en la sanidad privada (trabajas en alguna consulta o centro médico, o bien en tu consulta) en exclusiva o como complemento a tu actividad pública, voy a desgranar propuestas para mejorar el rendimiento de dicha actividad. Todo lo que cuente será totalmente legal, y no necesariamente funciona todo para todo el mundo, pero estará basado en experiencias de éxito (y no será exclusivamente usar Doctoralia como plataforma que muchos utilizan para captar primeras visitas entre los 2 millones de usuarios que mensualmente buscan médico o recurso sanitario privado allí ;-D)